viernes, 17 de marzo de 2023

HAPPY ENDING

Dias feos. Agobio. Tristeza. Hartazgo. Sueño. 

Cacas. Polvo. Abono. Tierra. 

Alarma. Obra. Vecino. Nieve. Gente. Lugar. Clima. Pueblo.


Si mezclo esto, soy yo. Cualquier resultado me sirve. Con forma de pato o de pez. Más inclinado a la derecha o a la izquierda. Alisado o abrupto. Y estoy tan espesa que este rollo de enumerar contrarios cual genio de la real me parece una buena salida literaria. JJAJAJJA ¡Literaria!!!! Dónde va señora? Es too much. 


Recién me llega un WhatsApp de mi hermana: Felicidades! Por un momento he pensado que era mi cumple, (again??!). He mirado el calendario: mi Santo. Mi Santo huele a verde y a cerveza. Huele a previa de San José y, en realidad, solo importa que se juega el día del Padre. Aunque te llames Juana. Porque lo de nombre y el género hoy es anecdótico. Como las comas. Gracias hermana. 

Oye, pues... ni tan mal! En un par de minutos he pasado de la fealdad de mis días a celebrar de verde y con una birra mi Santo. Y eso lo ha conseguido un WhatsApp. Y mi sis, claro. Gracias hermana. 

Feliz día para ti también. 


🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍀🍀🍀🍀🍀 Happy St Patrick´s day! 

viernes, 23 de diciembre de 2022

YO

El silencio de este blog me representa. Su no constancia me define. Su dispersidad me pertenece. Su soledad me acompaña. Soy mis silencios y mis ausencias.  Soy todo lo que no digo, lo que escondo y lo que cayo. Soy como estas últimas frases que escribo que no dicen y dicen y, que si dicen, cuentan lo mismo.  Soy de la técnica del punto atrás para avanzar y el dicho de "para atrás ni para coger impulso" no me representa.  Se termina otro año y seguimos pensando antes de escribir, hablar o hacer. Seguimos siendo iceberg. No por el frio, se entiede?

La imagen de una rasqueta que intenta limpiar las capas mas superficiales sin llegar a ninguna parte es mi cuadro favorito. No pintado, por supuesto. Aún. 

Adiós 22, nos vemos en el 23. Felices Fiestas. 

miércoles, 21 de octubre de 2020

LA PELEA

Se vuela el aire. ¿Quién mintió? ¿Quién dijo que hace buen clima en Miami? Este tema es un bajón de categoría cinco, pero es imposible no traerlo a la pista. Llueve, diluvia, truena y sopla el viento con la fuerza de millones de ventiladores de techo a plena potencia. Millones de millones (a hundred, diría N). Y así de divertidos estamos hace días. Y yo no entiendo como el puto virus no se vuela. O se ahoga. O le parte un rayo. O le pica un mosquito. O le aplasta la humedad y le atonta la presión baja. Y mira que es chino. Y lo Made in China, ya se sabe, un uso y poco más, a la basura que se va. Igual que mi lavavajillas, que no funciona y funciona al mismo tiempo. Claro, es de aquí, de las barras y estrellas. Y ya se sabe que los sueños -y los milagros-, aquí, siempre se hacen realidad. 

Y en este sueño de soñar, el técnico me indica que cuando quiera utilizar mi lavavajillas abra el grifo del agua caliente para ayudar a la máquina a calentar el agua, que el calentador está lejos (a tres metros) y que eso hace que mi aparato no caliente solo (comentario que sacado de contexto podría tener mucha gracia, ja ja). Mi escucha activa, más que nunca, pretende pillar el chiste, el truco, o... algo.  Con el grifo abierto, el humo del agua caliente dibujando nubes y el consumo responsable de recursos naturales tirado por el retrete, el técnico sigue mirando al electrodoméstico esperando, no se... ¿qué le hable? Por fin un diagnóstico definitivo: no funciona. 'Hay que cambiar muchas piezas. Necesito autorización de la dueña (mi casera). La llamo y les llamo. Adiós y, por cierto, cierre el grifo'. Portazo. 

Cierro, salgo de mi improvisada sauna y me olvido del tema. Lo llevo a la columna de caso cerrado pendiente de resolución y bajo el telón. 


Mensaje de la dueña: lavavajillas arreglado. 


Mi amigo el técnico, el del grifo abierto. El del cambio de piezas, el del 'ahora vuelvo', ese mismo pasa parte a su empresa -y a la dueña-, de su diagnóstico experto: que limpie el filtro y que abra el grifo del agua caliente. 100 pavos. Caso cerrado. 

Estafa perfecta. Todo en regla. Servicio enviado, pagado y arreglado. Todo documentado. Y mi lavavajillas arreglado que no lava pasa a ser mi problema. Y mi historia de amor de electrodomésticos que se rompen, técnicos que los arreglan para que sigan sin funcionar, llamadas sin respuesta y corazones rotos vuelve a empezar. 


Me compro otro. 


Acabo de recibir una noticia triste. Una más. Mierda de vida, a veces. Pero no la puedo tirar, ni comprar una nueva, ni abrir el grifo del agua caliente. Solo pelear. Vamos, vamos a pelear hasta el final. 


#tiemposdecovid19

#smcaelojo


lunes, 19 de octubre de 2020

DESMONTANDO(ME)

¿Cómo se descansa de uno mismo? Por un rato. O dos. No para siempre. O sí. 

No sé, no me planteo tanto. Me da igual el tiempo. Quiero parar mi cerebro. Parar, mirar derecha e izquierda y escaparme por el centro. Esquivarme y perderme. Para luego encontrarme, o no. No me lo planteo. No quiero expresar, ni confesar, ni aceptar. Descansar.

Estoy recordando eso de moverse sin avanzar. Es agotador. Hoy hablé con alguien sobre mis cosas. Siempre con el freno de mano echado para no desbarrancar y morir en el intento. Y no me sentí mejor. Me sentí densa. Luego me encerré en mi armario con la luz apagada, miré la oscuridad y disfruté del silencio. Y encontré algo. Ni idea su nombre. Con una sensación agradable en mi cuerpito me senté enfrente de mi ordenador de mesa y eliminé archivos viejos, fotos repetidas, cookies, contraseñas y todos los datos que andaban perdidos y olvidados. 

Volví a usar mi iMac. Y viajé en el tiempo. ¿Conocen esa sensación de volver a un lugar después de haberlo abandonado por décadas? Un lugar con muchos recuerdos, olores, sensaciones. Un lugar lleno de cosas bonitas. Un lugar lleno de vida, de tu vida. Pues eso he sentido con mi ordenador. Incluso me provoca algo raro escribir 'ordenador'. Ahora lo llamo de otra manera. Qué cosas. Me lo quieren tirar, cambiar por uno nuevo. Yo no quiero. Quiero el mío. Las cosas tienen alma. No todas, algunas. Las muy mías.

Y terminé con mi ojo. Y buscando respuestas, solo encuentro preguntas. Y buscando descanso, solo encuentro datos, puertas, caminos. Y mientras busco por un lado, suelto por el otro. Y sin darme cuenta me siento mejor que hace un rato. Bien. Buen dato. 

Lo publico. Sí. Es parte del trato. Feliz lunes. 


#tiemposdecovid19

#smcaelojo

viernes, 9 de octubre de 2020

LA DESCARADA

Me encanta apartarme con descaro. Disfruto mi espacio vital. Y desde hace unas semanas, ando enamorada de ti. Cuando te conocí te sentí incómoda, atrevida, invasiva. Te hablaba de usted y solo olerte me provocaba asco. Y pasaron los días y las semanas, y más aún te odiaba.  Detestaba ese amor tuyo, tan  pegajoso y pegoteado de familia tana. Y ese nombre... 'D i s t a n c i a   S o c i a l', sospechoso de pertenecer a familia de alta alcurnia y tan del pueblo a la vez, tan de andar por casa que se pasaba todo el día olisqueando mi oreja... BASTA!

Y llegó el momento.  Ése en el que te agarré por los hombros y te miré a los ojos.  Mi garganta se cerró. Mi corazón golpeó mi pecho. Quedé perdido, paralizado. Cautivado por esos ojos profundos y cálidos. Ojos que sólo me hablaban de amor y protección. De generosidad y esperanza. De esfuerzo y justicia. Ojos que me abrazaron y que nunca me soltaron. 

Y señores, en estas me ando, a dos centímetros del suelo, flotando, caminando de la mano de mi amante, de mi amor,  de mi distancia social descarada.


#tiemposdecovid19

#smcaelojo


miércoles, 7 de octubre de 2020

DELETED

A mí esta pandemia me ha bloqueado la capacidad de reflexionar. Admiro a esas personas que pueden contestar a preguntas tipo, ¿que te ha enseñado esta experiencia? O, ¿que vas a cambiar para mejorar? A las que contestan y lo hacen de manera reflexiva y con contenido. Yo, yo me quedo muda. Me quedo emoticono ojiplático.

La vuelta al ojo izquierdo también ha sido reveladora: escribo como punto atrás. El de tejer; hago, deshago, avanzo, retroceso, cruzo, descruzo. Voy y vengo. Soy un limitador con patas. Me viene el eco de un consejo que me decía un profesor de escritura creativa: no sean censuradores con su propia obra. No manipulen su cabeza. No pongan limites. No corrijan mientras escriban. No se censuren. No se censuren. JAJAJAJAJAJAJ. Sorry. Ahora mismo pienso en borrar todo esto. Esta es mi cabeza. Una máquina de coser y una goma Milan. Y una tijera que recorta todos los bordes, todas las imperfecciones para lograr la realidad perfecta. ¿Verdad? Sí. ¿Real? Sí. ¿Completa? No. ¡Lo tienes! INCOMPLETA. Esa es la palabra. Lo que muchos llaman la Cara B de las cosas. 

Lo primero que voy a hacer es publicar esta entrada. Total, ¿quién me lee? Yo. Yo mientras te escribo y te corrijo. Y unos cuantos miles (Ojo, que me encanta que alguien me lea, ¡ojalá fueran más! Solo analizo los daños colaterales de publicar esta entrada). Gracias para esos miles y gracias también por acompañarme en este proceso de liberación y descubrimiento. O lo inicio ahora o viviré tapada como una cebolla y loca de tanta ida y vuelta; mi cabeza imagina un alambre retorcido formando mil y una curvas que hacen mil recorridos sin lograr moverse un milímetro de su lugar. ¡Eureka! Bombilla encendida. Me muevo pero no avanzo. 

Me quedo satisfecha con esta primera sesión de autocoaching. Gracias vuestra compañía. Si continúo, me releo y lo borro. Nooooo. Vamooos. Click.


#tiemposdecovid19


#smcaelojo

jueves, 1 de octubre de 2020